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Desde el 1 de enero de 2016, algunas empresas alemanas tienen que aplicar una cuota de un 30% para nombrar candidatos y candidatas para los consejos de supervisión alemanes.
Parecía que el acuerdo estaba atado y bien atado, pero REWE no quiere conformarse con la fusión de EDEKA y Kaiser's Tengelmann.
La primera circular del año emitida por la Fiscalía General del Estado informando de los criterios que seguirán los fiscales para considerar válido un programa de cumplimiento normativo.
La sociedad Siemens AG se vio obligada en Alemania a iniciar acciones legales contra los miembros de su propio consejo de Administración por incumplimiento de las que eran sus obligaciones societarias y laborales.
A raíz de la fusión de Pfizer con el fabricante de botox Allergan por un total de 160.000 millones de dólares se descubrieron las malas prácticas de algunos altos cargos que constituían una supuesta infracción del código ético de la empresa.
Compliance se ha llegado a considerar como “algo que hay que hacer para tranquilizar a jueces, fiscales u otras autoridades”. Se ha tasado incluso como un obstáculo más que una oportunidad para mejorar el rendimiento empresarial y la relación de la empresa con sus stakeholders.
Institucionalizar un buen programa de compliance y fomentar la cultura de compliance o cumplimiento tiene muchas ventajas incluso permite mejorar la rentabilidad de la propia empresa.
En 3C creemos que la empresa del siglo 21 puede destacar en la sociedad nacional y global por su compromiso con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), por su filantropía y su implicación con el medioambiente.
El cumplimiento con las normas de protegen la libre competencia se ha vuelto especialmente relevante debido al constante aumento y redefinición de leyes de competencia a nivel mundial y al incremento de la actividad sancionadora en Europa y en España.