De acuerdo con las mejores prácticas internacionales así como las federal sentencing guidelines (FSG), la formación de los empleados en ética y compliance es un elemento esencial de cualquier programa de compliance. La ISO 19600 y las FSG van más allá al recordar que la organización deberá adoptar los pasos apropiados para comunicar de forma periódica y práctica sus políticas y procedimientos en compliance así como todos los aspectos relevantes del programa de ética y compliance mediante programas de formación efectivos e informar de otra forma a los empleados en función de sus puestos y responsabilidades.


La formación en ética y compliance permite adquirir las competencias necesarias para tratar y decidir correctamente ante conflictos éticos en el trabajo. De esta forma los empleados pueden actuar con la seguridad necesaria y evitar dilemas insalvables. Por un lado, la formación adaptada a cada área o departamento y trabajo es más útil para los empleados y por tanto más efectiva en términos de compliance. Por el otro, recientes estudios muestran que los empleados que han participado en formación en ética y compliance tienen una percepción e imagen mejor de la propia empresa. Ahora bien, la formación debe ser continua y adaptada a cada negocio y departamento. La comunicación interna sobre ética y compliance también juega un papel esencial. El estudio de la Rotterdam School of Management nos recuerda que la frecuencia de la comunicación sobre ética y compliance afecta al nivel de cumplimiento y por tanto a la eficacia de un programa de compliance. Cuanta más comunicación menos incumplimientos. De esta forma la actitud de la empresa debe ser proactiva y salir de la formación tradicional y frontal y aprovechar una buena política de comunicación interna, externa y formación para inculcar los valores y principios éticos recogidos en su Código Ético.

Habitualmente muchas empresas optan por formación presencial y/o online. En muchas ocasiones la formación presencial se realiza en una ocasión y no se actualiza tras la implantación del programa. Esto suele ser insuficiente para afianzar la cultura empresarial pretendida con el Código ético. La formación debe programarse de forma eficaz y bien estructurada. Es esencial definir y adaptar contenidos al negocio, departamento y participantes. Incluso el horario o formato del curso deben de ir adaptándose para conseguir los mejores resultados.

Finalmente la evaluación tras la formación servirá para medir la eficacia de la misma. En este sentido resulta vital recabar la confirmación de participación y comprensión del contenido transmitido a los participantes. ¿Quiere diseñar su programa de formación de forma eficaz y conforme a las mejores prácticas internacionales? Estamos a su disposición, escríbanos y estaremos encantadas de ayudarle a mejorar la formación en su empresa.